viernes, 23 de septiembre de 2011

KARMA EMPRESARIAL

            Las empresas venezolanas han sufrido una notable desmejora durante la gestión del presidente Hugo Chávez, debido a que la aplicación del nuevo e incomprensible modelo denominado “Socialismo del Siglo XXI” ha llevado a los micro y macro empresarios venezolanos a jugar el destino de sus negocios dejando a la suerte su futuro o cerrando sus empresas para vivir ‘El sueño americano´.
            En la actualidad, las empresas venezolanas, especialmente la Pymes, han tenido que afrontar serios problemas que han dificultado su supervivencia, trayendo como consecuencia los altos niveles de desempleo que aquejan a la sociedad, el incremento de la pobreza y la aparición de productos extranjeros en el mercado debido a que el aparato productivo venezolano no está siendo eficiente y obliga a la importación de productos para satisfacer las necesidades de la ciudadanía (En ocasiones).
Venezuela en Paracaídas.
            Según cifras del Presidente de la Confederación Venezolana de Industriales de Venezuela (Conindustria) Carlos Larrazábal, “En los últimos 11 años se perdió un 36% de las empresas en el país”, lo que se traduce en la merma de los puestos de trabajo, dejando al descubierto el triste panorama de la situación económica Venezolana, pero el problema no termina con esos datos, un estudio realizado por la mencionada organización, señala que para erradicar la pobreza en Venezuela se necesitan 300 mil nuevos empleos cada año, situación que Larrazábal traduce a la creación de 10 empresas como ‘Polar’ anualmente.
La Culpa es de la Vaca.
El experto en Economía Política y Profesor de La Universidad del Zulia Román Domínguez, asegura que “los grandes inversionistas buscan los mercados emergentes de Latinoamérica, pero solo aquellos que les ofrezcan garantías institucionales de esa inversión”, Domínguez continua afirmando que “Venezuela no es uno de esos países, debido a que su gobierno está amenazando de manera agresiva la propiedad privada”, situación que indudablemente se hace notoria con el uso y abuso de las mal llamadas “Expropiaciones”, el ‘cáncer’ que ha causado que los grandes empresarios nacionales e internacionales no inviertan en la creación de empresas en el territorio nacional, en virtud a que si el objetivo del gobierno de turno es estatizar el sector privado, no se le otorga ninguna garantía de éxito a los inversionistas ya que no existe una amplitud económica que permita una proyección a futuro de las nuevas empresas.
            Un ejemplo de lo anteriormente expuesto son las declaraciones del reconocido inversionista Carlos Slim quien está considerado como el hombre más rico del mundo. El empresario asevera tener 8 mil 300 millones de dólares para crear empresas en Latinoamérica, pero el empresario destaca que Venezuela no está seleccionada como parte de esas inversiones que estimularían la creación de negocios productivos que incentiven el crecimiento económico y el empleo. El economista y miembro del Consejo Nacional de Economía, Rafael Piña, explica esta situación argumentando que las negociaciones de Venezuela con China, Rusia y los Países Árabes “no son un estímulo a la inversión extranjera, sino más bien responden a un simple intercambio comercial, donde nuestra nación tiene todas las de perder”.
La Venganza es Dulce.
A los venezolanos nos toca esperar que el problema se solucione en este país que lo tiene todo y no tiene nada con las próximas elecciones presidenciales y es allí cuando escuchamos las promesas del muñeco del palacio para solventar todas las preocupaciones que afectan al ciudadano de a píe. Está en nuestras manos decidir quedarnos aquí luchando por una mejora en la economía nacional o tener que abandonar nuestro suelo para buscar maneras de surgir. 


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