martes, 29 de noviembre de 2011

CUESTIÓN DE SUBSISTENCIA

Gysell Cobos / Enmanuel Villalobos
Pimpineros. Imágen de Archivo
 Más barata que el agua pero más cara que un botón, más costosa que un chicle pero más económica que un refresco: esa es la gasolina venezolana, uno de los líquidos más comercializados y costosos alrededor del mundo y que en el país se vende a tan solo 0.097 bolívares el litro.
El contrabando de gasolina es uno de los problemas que desde hace décadas está presente en el territorio nacional, sobre todo en las zonas fronterizas, debido a que la diferencia de su costo con respecto al establecido en otros países es bastante significativa. Según el portal ‘Portafolio de Colombia’, el hermano país se encuentra de cuarto en la lista de las naciones latinoamericanas con el precio más elevado en la venta de gasolina durante el primer semestre del año 2011, el costo de este hidrocarburo en Colombia en dólares americanos es de $4.14 por galón, unos 34 Bolívares aproximadamente, mientras que en Venezuela se vende a $0.19 alrededor de 1.50 Bolívares, precio que lo ubica en el último eslabón de la mencionada lista.
De acuerdo a una publicación de la revista venezolana ‘Aldea Mundo’ sobre fronteras e integración, no se ha establecido una fecha concreta que determine el inicio del contrabando de gasolina en Venezuela, sin embargo, el negocio comenzó a tomar auge entre la década de los años 30 y 40 del siglo XX, en donde se desarrolló el boom petrolero venezolano y  desde entonces la comercialización del combustible de forma ilegal en la frontera empieza a tomar auge.
En tal sentido, el empresario gasolinero Armando Piñerúa coincide con que la situación del tráfico de gasolina en territorio venezolano está presente desde hace más de 53 años y asegura que el bajo costo del mencionado líquido en el país es y seguirá siendo la principal causa de este acto ilícito. Para el Mayor (Ej)  Pablo Cobos (retirado), especialista en el área de vehículos automotores “La diferencia en el precio es muy notoria y es allí cuando en las zonas fronterizas como el caso especial de Venezuela con Colombia, son transportados de manera ilegal las pimpinas, pipas, galones, entre otras”. Cobos asegura que en el estado Zulia este negocio se ve acrecentado debido a que limita con el Norte de Santander en Colombia, específicamente en ‘Maicao’.
Por otro lado, Los “pimpineros” son aquellos vendedores informales de gasolina venezolana, que comercializan la misma en las principales calles donde se ubican los puentes binacionales, sin embargo, muchas personas desconfían de dichos vendedores ambulantes debido a la calidad del producto a obtener, ya que muchos de estos comerciantes diluyen la gasolina en agua para rendirla y así aprovechar al máximo la venta del hidrocarburo.
Samuel González es uno de los muchos comerciantes que se dedican al tráfico de gasolina, asegura que se encuentra realizando esta labor desde hace 11 años y la inestabilidad económica en el país lo llevó a realizar este trabajo, ya que el resultado de las ventas diarias le ayuda a mantener a su familia sin necesidad de tener otro empleo. “Yo solo trabajo de lunes a sábado, porque la Guardia Nacional Bolivariana no me deja cargar mis pimpinas los domingos” asegura González quien también afirma que el resto de los días tiene que convencer a los efectivos de la GNB para poder hacer su trabajo.
El Pimpinero en cuestión surte gasolina en la estación de servicio “Beto Petrol” ubicada frente a las residencias ‘El Cují’ en el municipio Maracaibo del estado Zulia, para posteriormente transportarla hasta ‘Monte Lara’, un caserío ubicado cerca de Maicao. González vende la pipa a un precio de 300 bolívares, la pimpina contiene unos 200 litros que equivalen a alrededor de 50 galones, que en Colombia tendrían un costo de $207, unos 1700 bolívares aproximadamente. Por su parte, el costo real en Venezuela solo equivaldría a 75 bolívares. “Nosotros no sacamos muchas cuentas, porque al precio que pongamos la pimpina siempre va a ser más barata que en Colombia e igualito nos la compran” asegura González refiriéndose a las cifras antes expuestas. Vale destacar, que las personas que se dedican al contrabando de gasolina tienen un margen de ventas de 28 pipas semanales y la ganancia se encuentra entre los 800 y 1000 bolívares diarios.
Según la Abogada Leda Ortiz; “El ordenamiento jurídico venezolano establece una serie de normativas que regulan todo lo referente al manejo de hidrocarburos dentro del territorio nacional”. La Ley Orgánica de Hidrocarburos y su Reglamento promulgada en el año 2006, las Normas para el Manejo, Calidad y Expendio de Combustibles emanada del Ministerio del Poder Popular para la Energía y Petróleo en el año 2009, las Normas para el Transporte Terrestre de Hidrocarburos Inflamables Y Combustibles del año 1998 y las Normas para el Expendio de Combustible Derivados de Hidrocarburos del mismo año aunado a la Ley sobre el Delito de Contrabando del año 2010 son las normas que regulan la comercialización de la gasolina. Ortiz asegura que “la vulnerabilidad de cualquiera de las disposiciones establecidas en la Ley, su reglamento y las resoluciones mencionadas acarrean sanciones administrativas y penales a los infractores”.
Sin embargo, estas leyes no son cumplidas en su totalidad, “yo ni sabía que existen leyes que regulan la venta de gasolina, yo me limito a llenar mis pipas y vender”, explica el “pimpinero” González. A pesar de que este problema tiene vigencia desde hace muchos años, han sido muy pocas, o casi nulas, las estrategias para solucionarlo; el hecho de aumentar el precio de la gasolina ha sido estudiado por numerosas cantidades de expertos, no obstante, conclusiones arrojan que esta decisión podría empeorar la situación si no se realiza de la manera correcta. Cobos, explica que el aumento del precio del combustible debe realizarse de manera progresiva y en pequeños porcentajes, así como también señala que el mismo debe “hacerse poco a poco y traerá efectos secundarios, por ejemplo el aumento en las tarifas del transporte público, así como también el transporte de materia prima en las industrias”. Por otro lado, son muchas las personas quienes consideran que si Venezuela es un país petrolero, la gasolina debe ser económica, como es el caso de Antonio Suarez, residente del sector San Jacinto, quien hace uso de su vehículo solo de manera particular y señala sentirse afectado por el tráfico ilegal de gasolina debido a la escasez que estos actos ilícitos generan en las Estaciones de servicio. Sin embargo, Suarez explica que “tampoco debe regalarse”. Gustavo Méndez, chofer de transporte público, quien cubre la línea Sambil-Altos de Jalisco manifiesta estar de acuerdo con el precio actual del combustible y aclara que su aumento significaría también el de las tarifas.
 La implementación de un sistema de Chip en los vehículos es la nueva estrategia establecida por el Gobierno nacional a cargo del Ministerio del Poder Popular para la Energía y Petróleo (MENPET), así como también Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA), denominada “Plan de Automatización de Combustibles”, cuya finalidad es la instalación de un dispositivo de control en vehículos particulares y de transporte colectivo, así como también en los surtidores de las estaciones de servicio, con la finalidad de regular la venta de combustible.
 Según datos extraídos de el Portal web del Ministerio del Poder Popular para la Energía y Petróleo, más de siete mil gasolineras del Municipio Mara (principal afectado por su cercanía con la frontera colombiana), ya poseen este sistema y algunas ya se encuentran prestando el servicio sin ningún tipo de inconvenientes. En cifras oficiales, según el MENPET, hasta la fecha se ha logrado instalar el dispositivo de control en cuatro mil 174 automotores, entre transporte colectivo y particulares, solo en el estado Zulia.
 Sin embargo, numerosos usuarios y usuarias manifiestan el desconocimiento del mismo respecto a su funcionamiento, como es el caso de Suarez: “he escuchado sobre eso, pero no tengo conocimientos”, no obstante, señala estar de acuerdo con la implementación del dispositivo ya que evitaría el contrabando de combustible. Situación similar a la de Méndez quien afirma estar “100% de acuerdo con el chip”.  Caso contrario a los vendedores de gasolina ilegal, quienes manifiestan estar en total desacuerdo con esta tecnología, debido a que dificultaría el negocio. 
Los intentos del ministerio para solventar la problemática no parecen cumplir con las expectativas que tiene el colectivo con respecto a la solución del contrabando de gasolina, Cobos señala que el ente “ha realizado una gestión deficiente, sin embargo, se ha preocupado por el asunto”, también afirma que “este es un problema que se les olvida, y solo recuerdan cuando les conviene, y para terminar con el trafico de gasolina hay que mantenerse siempre trabajando en él”. Por su parte, Méndez afirma que aunque no han hecho mucho con la implementación del chip van encaminados a realizar un mejor trabajo y por ende una mejor gestión.
 La situación que se presenta en la actualidad con respecto al tráfico de gasolina parece no contar con una solución a corto plazo, sin embargo, dependerá de la continuidad de las medidas que se están llevando a cabo en el presente la disminución de esta actividad ilegal. Un aumento moderado, hasta del 10% del precio actual de la gasolina podría reducir la venta de combustible en zonas fronterizas, así como también un mayor control por parte de las autoridades competentes en el área.
 Por el contrario, si la situación empeora, el tráfico de combustible a largo plazo podría dejar de ser un problema de segundo plano y convertirse en una complicación mayor, trayendo numerosas consecuencias negativas que incluyen, en el peor de los escenarios conflictos fronterizos y la escasez del hidrocarburo.

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