Gysell Cobos / Enmanuel Villalobos
Más barata que el agua pero más cara que
un botón, más costosa que un chicle pero más económica que un refresco: esa es
la gasolina venezolana, uno de los líquidos más comercializados y costosos
alrededor del mundo y que en el país se vende a tan solo 0.097 bolívares el
litro.
Pimpineros. Imágen de Archivo |
El contrabando de gasolina es uno de los
problemas que desde hace décadas está presente en el territorio nacional, sobre
todo en las zonas fronterizas, debido a que la diferencia de su costo con
respecto al establecido en otros países es bastante significativa. Según el
portal ‘Portafolio de Colombia’, el hermano país se encuentra de cuarto en la
lista de las naciones latinoamericanas con el precio más elevado en la venta de
gasolina durante el primer semestre del año 2011, el costo de este hidrocarburo
en Colombia en dólares americanos es de $4.14 por galón, unos 34 Bolívares
aproximadamente, mientras que en Venezuela se vende a $0.19 alrededor de 1.50
Bolívares, precio que lo ubica en el último eslabón de la mencionada lista.
De acuerdo a una publicación de la
revista venezolana ‘Aldea Mundo’ sobre fronteras e integración, no se ha
establecido una fecha concreta que determine el inicio del contrabando de
gasolina en Venezuela, sin embargo, el negocio comenzó a tomar auge entre la
década de los años 30 y 40 del siglo XX, en donde se desarrolló el boom
petrolero venezolano y desde entonces la
comercialización del combustible de forma ilegal en la frontera empieza a tomar
auge.
En tal sentido, el empresario gasolinero
Armando Piñerúa coincide con que la situación del tráfico de gasolina en
territorio venezolano está presente desde hace más de 53 años y asegura que el
bajo costo del mencionado líquido en el país es y seguirá siendo la principal
causa de este acto ilícito. Para el Mayor (Ej) Pablo Cobos (retirado), especialista en el
área de vehículos automotores “La diferencia en el precio es muy notoria y es
allí cuando en las zonas fronterizas como el caso especial de Venezuela con
Colombia, son transportados de manera ilegal las pimpinas, pipas, galones, entre
otras”. Cobos asegura que en el estado Zulia este negocio se ve acrecentado
debido a que limita con el Norte de Santander en Colombia, específicamente en
‘Maicao’.
Por otro lado, Los “pimpineros” son
aquellos vendedores informales de gasolina venezolana, que comercializan la
misma en las principales calles donde se ubican los puentes binacionales, sin
embargo, muchas personas desconfían de dichos vendedores ambulantes debido a la
calidad del producto a obtener, ya que muchos de estos comerciantes diluyen la
gasolina en agua para rendirla y así aprovechar al máximo la venta del
hidrocarburo.
Samuel González es uno de los muchos
comerciantes que se dedican al tráfico de gasolina, asegura que se encuentra
realizando esta labor desde hace 11 años y la inestabilidad económica en el
país lo llevó a realizar este trabajo, ya que el resultado de las ventas
diarias le ayuda a mantener a su familia sin necesidad de tener otro empleo.
“Yo solo trabajo de lunes a sábado, porque la Guardia Nacional Bolivariana no
me deja cargar mis pimpinas los domingos” asegura González quien también afirma
que el resto de los días tiene que convencer a los efectivos de la GNB para
poder hacer su trabajo.
El Pimpinero en cuestión surte gasolina
en la estación de servicio “Beto Petrol” ubicada frente a las residencias ‘El
Cují’ en el municipio Maracaibo del estado Zulia, para posteriormente
transportarla hasta ‘Monte Lara’, un caserío ubicado cerca de Maicao. González
vende la pipa a un precio de 300 bolívares, la pimpina contiene unos 200 litros
que equivalen a alrededor de 50 galones, que en Colombia tendrían un costo de
$207, unos 1700 bolívares aproximadamente. Por su parte, el costo real en
Venezuela solo equivaldría a 75 bolívares. “Nosotros no sacamos muchas cuentas,
porque al precio que pongamos la pimpina siempre va a ser más barata que en
Colombia e igualito nos la compran” asegura González refiriéndose a las cifras
antes expuestas. Vale destacar, que las personas que se dedican al contrabando
de gasolina tienen un margen de ventas de 28 pipas semanales y la ganancia se
encuentra entre los 800 y 1000 bolívares diarios.
Según la Abogada Leda Ortiz; “El ordenamiento
jurídico venezolano establece una serie de normativas que regulan todo lo
referente al manejo de hidrocarburos dentro del territorio nacional”. La Ley
Orgánica de Hidrocarburos y su Reglamento promulgada en el año 2006, las Normas
para el Manejo, Calidad y Expendio de Combustibles emanada del Ministerio del Poder Popular para
la Energía y Petróleo en el año 2009, las Normas para el Transporte
Terrestre de Hidrocarburos Inflamables Y Combustibles del año 1998 y las Normas para el Expendio de Combustible Derivados de
Hidrocarburos del mismo año aunado a la Ley sobre el Delito de Contrabando del
año 2010 son las normas que regulan la comercialización de la gasolina. Ortiz
asegura que “la vulnerabilidad de cualquiera de las disposiciones establecidas
en la Ley, su reglamento y las resoluciones mencionadas acarrean sanciones
administrativas y penales a los infractores”.
Sin embargo, estas leyes
no son cumplidas en su totalidad, “yo ni sabía que existen leyes que regulan la
venta de gasolina, yo me limito a llenar mis pipas y vender”, explica el
“pimpinero” González. A pesar de que este problema tiene vigencia desde hace
muchos años, han sido muy pocas, o casi nulas, las estrategias para
solucionarlo; el hecho de aumentar el precio de la gasolina ha sido estudiado
por numerosas cantidades de expertos, no obstante, conclusiones arrojan que
esta decisión podría empeorar la situación si no se realiza de la manera
correcta. Cobos, explica que el aumento del precio del combustible debe
realizarse de manera progresiva y en pequeños porcentajes, así como también
señala que el mismo debe “hacerse poco a poco y traerá efectos secundarios, por
ejemplo el aumento en las tarifas del transporte público, así como también el
transporte de materia prima en las industrias”. Por otro lado, son muchas las
personas quienes consideran que si Venezuela es un país petrolero, la gasolina
debe ser económica, como es el caso de Antonio Suarez, residente del sector San
Jacinto, quien hace uso de su vehículo solo de manera particular y señala
sentirse afectado por el tráfico ilegal de gasolina debido a la escasez que
estos actos ilícitos generan en las Estaciones de servicio. Sin embargo, Suarez
explica que “tampoco debe regalarse”. Gustavo Méndez, chofer de transporte
público, quien cubre la línea Sambil-Altos de Jalisco manifiesta estar de
acuerdo con el precio actual del combustible y aclara que su aumento
significaría también el de las tarifas.
Los intentos del
ministerio para solventar la problemática no parecen cumplir con las
expectativas que tiene el colectivo con respecto a la solución del contrabando
de gasolina, Cobos señala que el ente “ha realizado una gestión deficiente, sin
embargo, se ha preocupado por el asunto”, también afirma que “este es un
problema que se les olvida, y solo recuerdan cuando les conviene, y para
terminar con el trafico de gasolina hay que mantenerse siempre trabajando en
él”. Por su parte, Méndez afirma que aunque no han hecho mucho con la
implementación del chip van encaminados a realizar un mejor trabajo y por ende
una mejor gestión.
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