Imágen Cortesía de Trendy Channel |
Escrito Por:
Enmanuel J. Villalobos O.
Twitter: @enjovior
Enmanuel J. Villalobos O.
Twitter: @enjovior
Sea hombre o mujer, al entrar a
uno de estos recintos de belleza colmados del humo emanado por secadores y
planchas de pelo, usted se siente acorralado por miradas penetrantes que lo
analizan de pies a cabeza como si fueran rayos X’s y bajo un olor intolerable
que proviene de la cabeza de la señora que prueba todo para alisar su cabello, se escucha un sinfín de murmullos que intimidan más que las miradas al llegar,
tal cual un gallinero.
¿Y como no enloquecer?, si cuando
por fin recobras el aliento escuchas un grito desgarrador dentro de esas
macabras cuatro paredes, lo primero que piensas es que llegaron a atracar (algo
típico en Venezuela), pero no, era la señora que se estaba depilando el bozo,
¿increíble no? Masoquista como ella sola. No obstante, tratas de centrar tu
atención en el pequeño televisor que está en esa casa de espejos y luego de
durar 30 minutos concentrado en él, te das cuenta que estás viendo un programa
de manualidades, ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOO!...
Secando el sudor de tu frente por
el incomodo momento, te detienes a escuchar disimuladamente algunas de las
conversaciones que las clientes mantienen mientras esperan sus turnos y es
sorprendente que la peluquería se convierta en un consejo comunal, con una
agenda más apretada que la de la Asamblea Nacional en la cual los
acontecimientos ‘de interés público’ son los protagonistas. “Chica, ¿supiste
que la Yolanda se inyecto Botox?”, “Mana, ¿que te estais hechando vos en ese
pelo pa’ tenelo asi de bellojn?”, “…y se fue de la casa, y ella le lanzó la
ropa por la ventana”, “¡Que Molleja de Calor! En el panorama decían que hoy
estábamos sobre 43 grados”.
Rodeado de estos personajes,
agradeces a Dios y a la Chinita por haberte enviado hombre pero también te das
cuenta de todo lo que nuestras hermosas mujeres hacen para verse más bellas y
apuestas y así irradiar las calles de nuestra ciudad. Digan lo que digan, a
ellas también les gusta la guachafita y si no pregúntenle a la señora que se
estaba sacando las cejas con la pinza. –Risas-
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